Fueron las explosión de alegría compartida niños y educadoras suficientes para que las madres que observaban desde la puerta solicitaran entrar en en la sala para participar todos conjuntamente; el resultado es evidente. Desde la escuela agradecer a que se prestaran a participar en este fin de taller con tanto entusiasmo, alegría y divertimento.
Uno de los comentarios que más me calaron al día siguiente fue la reflexión de una amatxo
Con que poco se puede obtener tanto, un ratito compartiendo en la planificación de la propuesta y unos periódicos...
Todas nos aportaron algo, y nos confirmaron que la capacidad del juego nunca se pierde... está en nuestra esencia.
Bueno, que genial nos los pasamos las mamas preparando la sorpresa para los peques, y después disfrutando como ellos de esta entretenida y original actividad. Hay que repetir actividades como esta en la que podamos participar con los peques!
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